En medio profundas muestras de pesar
y con la presencia de autoridades regionales como el Intendente Rodrigo
Galilea, el seremi de salud, algunos parlamentarios de la zona y familiares y
amigos, se realizaron este lunes al mediodía los funerales del médico cirujano,
ex concejal y ex alcalde cauquenino Aquiles Rodríguez Sandoval, quien a la edad
de 56 años y víctima de un ataque cardíaco, falleció en la tarde de este sábado.
La misa realizada en la iglesia
matriz de San Pedro fue oficiada por el obispo de Linares, Tomislav Koljatic,
quien entregó palabras de consuelo a la familia y resaltó los valores
personales y sociales del Dr. Rodríguez, ya que su repentina muerte impactó
fuertemente en la comunidad local, a pesar de que se sabía que se
encontraba en tratamiento por una complicada afección cardíaca.
En el último tiempo, y tras asumir la
dirección del hospital local, en el año 2010, Aquiles Rodríguez tuvo a su cargo
la misión de la reconstrucción post terremoto, siendo uno de los recintos mejor
evaluados en cuanto a la prestación de servicios de salud, a pesar de la
situación de precariedad en que se encontraba el centro asistencial. Autoridades,
colegas y compañeros del hospital San Juan de Dios mantendrán de él el mejor
recuerdo.
Al finalizar el servicio religioso el
féretro que llevaba los restos de Aquiles Rodríguez pasó frente a la
municipalidad de Cauquenes, donde fue alcalde en dos periodos y también
concejal. Pañuelos blancos y flores para darle el último adiós. De ahí, al hospital
local, donde ejerció como médico desde 1981 y la muerte lo sorprendió como
director. Las ambulancias lloraron su partida, lo mismo que todos sus
compañeros. Un último responso ofrecido por el descanso de su alma para luego
rendirle homenaje la segunda compañía de bomberos de Cauquenes, donde era voluntario
honorario.
Hace sólo unos días había viajado a
Santiago con finalidad de someterse a una serie de exámenes y tratamientos para
intentar superar una enfermedad cardíaca que le afectaba.
Fue un último adiós
lleno de sentimientos, de tristeza manifestada por los cauqueninos que vieron
partir a uno de los suyos, destacado por su gran desempeño profesional y
siempre al servicio de los demás.