Entregar valor a las semillas tradicionales de la Región del Maule, conservarlas y educar a la comunidad son sólo parte de los objetivos que tiene la nueva Asociación Campesina Protectora de Semillas Originarias del Maule, que se conformó oficialmente -a través de la obtención de personalidad jurídica- en las dependencias del Campus Nuestra Señora del Carmen de la UCM y que está formada por campesinos, pequeños productores agrícolas, familias amantes de la naturaleza, académicos y estudiantes de la UCM.
La académica Lizbeth Núñez, de la Escuela de Trabajo Social, explicó que “desde hace varios años estamos trabajando con los campesinos que valoran sus semillas tradicionales, heredadas, que vienen de sus padres, de sus abuelos, vecinos, parientes y amigos. Ellos conocen diversos tipos de tomates, papas; calabazas, cebolla, maíz, poroto, trigo, sandia, uva, etc. Han ido acumulando estos saberes y lo más enriquecedor es que gracias a sus tradiciones, intercambios y experimentaciones, hoy tenemos la posibilidad de contar con estas especies que se encuentran amenazadas”.
Y agregó que “existe una inquietud compartida respecto de la conservación y reproducción del patrimonio que representan sus semillas, tanto en el presente como para las futuras generaciones. A ello se suma el interés por la reproducción de alimentos sanos y origen conocido. Estas inquietudes e intereses son parte de un movimiento de gente que cuida las semillas a lo largo de todo el país. En el Maule ha sido un poco difícil, porque acá, al igual que en la región de O’Higgins existe mucha presencia de sistemas de producción agroindustrial”.
En el caso de Lizbeth Núñez ya son cinco años en los que participa en investigaciones internacionales en el tema como asimismo en el intercambio de semillas y ahora junto a otros 22 integrantes decidieron formar esta organización. Semillas para nuestro nietos Quien también es parte de esta asociación es Vicente Hugo Ramos, de Molina y se dedica a la preservación de semillas, además hace mermeladas y chocolates.
Él aseguró que “necesitamos gente joven que se motive por esto, para que así continúe esta hazaña. Hagamos algo grande en prestigio de la provincia. Es conveniente que nos agrupemos, más fuerza tendremos”. Mientras que Héctor Barrios, dueño del vivero “El Cerrillo”, ubicado en el km 203 Santa Rosa en la comuna de Sagrada Familia, quien también es parte de esta nueva asociación, destacó que: “Debo tener unas 30 especies de árboles y mi vida entera ha girado en torno a la semilla. Hoy la mayoría de las semillas que se están produciendo con cancerígenas y eso mismo provoca enfermedades. Eso me motiva, quiero producir semillas sanas para nuestros nietos”.
También forman parte de esta asociación son Marión Henríquez junto a su esposo Arturo Zuloaga, quienes comentaron que: “Siempre en esta tarea nos hemos visto solos. Entonces cuando se dan instancias como ésta uno se ilusiona. Siempre he tenido la inquietud de llevar esto de la semilla a las nuevas generaciones. Compartir el tema de la semilla en los niños”.
Finalmente, la académica Lizbeth Núñez dijo que “esperamos que la comunidad de Curicó tanto rural como urbana, que comparten estas preocupaciones y quieran integrarse, se comuniquen con nosotros para hacer visible a nuestros productores de agricultura familiar campesina, en el medio regional y nacional, somos un grupo de personas que queremos proteger las semillas, respetando las tradiciones y proyectando futuros posibles para las generaciones que vienen”.
A quienes se quieran unir y ser parte de esta iniciativa pueden escribir a Lizbeth Núñez al correo electrónico lnunez@ucm.cl.
