En los últimos meses, diversos municipios del país han creado nuevas ordenanzas o modificado las que tenían con el fin de regular de mejor forma los locales que poseen tragamonedas en su interior. Así lo informó este miércoles el diario El Centro de Talca.
El matutino en su nota agrega que de hecho, el Gobierno pretendía enviar un proyecto de ley al Congreso para definir el marco de acción en esta materia, pero después de una serie de análisis, el Ejecutivo decidió echar pie atrás en la iniciativa y ponerse más firme en el cumplimiento de la normativa vigente.
El coordinador regional de seguridad pública, Ramón Gamboa, comentó que “el Presidente lo que había planteado originalmente era que se iba a investigar el mercado, que era naciente en ese momento, para establecer una regulación al respecto. Él pidió la opinión al Ministerio de Hacienda y a la Superintendencia de Casinos, fundamentalmente. Y, ahora, junto con la Subsecretaría de Prevención del Delito, decidieron no regular el mercado, sino que definitivamente eliminarlo”.
La idea es establecer criterios claros para diferenciar entre las máquinas de azar, que sólo pueden estar en los casinos, y las de habilidad y destreza, que pueden explotarse de forma comercial teniendo las patentes respectivas.
Gamboa dijo que en estos momentos se busca “promover la incorporación de dos artículos en la Ley de Casinos: uno que dice relación con que no se permita ninguna máquina que entregue dinero o especies canjeables en dinero, como fichas o cosas así; y que cualquier máquina que se explote en el comercio tenga que tener una autorización de la Superintendencia de Casinos diciendo que se trata de juegos de destreza y no de azar”.
“Todos alguna vez jugamos flippers y ésas efectivamente eran máquinas de destreza, pero hoy día usted mete una moneda y espera que le devuelvan. Es meter una moneda, apretar un botón y ver si le resulta. O sea, eso es juego de azar definitivamente”, ejemplificó Gamboa.
El ingeniero comercial sostuvo que “esto ha venido aumentando sistemáticamente”, ya que “como no es una actividad regulada por la ley, no tenemos un control exacto”. “No hay una separación clara entre este tipo de actividades y otras que son lícitas”, lamentó.
Además, sostuvo que no se trata de comerciantes individuales, “sino que detrás hay verdaderos consorcios que su negocio es disponer máquinas en los diferentes locales”.
