
La parlamentaria dijo que de esta forma se elimina el riesgo evidente de terminar con una actividad muy importante en la zona central, donde hay más de mil agricultores que viven del tabaco y que generan más de dos mil 300 empleos estables, porque es el único cultivo que genera trabajo todo el año.
“Había una dicotomía clara en la ley, porque no prohibía el consumo del tabaco, pero si afectaba con fuerza a los productores nacionales al dejar al margen de la legalidad el uso de aditivos, lo que en la práctica significaba el fin de los cultivos y el fomento de la importación con las mismas sustancias que se eliminaban en el país. Con esta indicación, se respeta la intención de la ley de proteger la salud de los chilenos, pero se garantiza la continuidad del cultivo y, por ende, la posibilidad de vivir dignamente de miles de agricultores y, a la vez, generar trabajo”, precisó la legisladora.

“Este es un tema de fondo, en el que finalmente se está imponiendo la cordura. Todos estamos por proteger la salud de la población, por inhibir el consumo de tabaco en zonas cerradas, pero no podemos afectar a los productores, menos cuando no se está prohibiendo derechamente el consumo de cigarrillos. Este proyecto tal y como estaba era la ruina para muchas familias y afortunadamente vemos voluntad política para compatibilizar los intereses de una sociedad más sana y el de personas que desde hace años viven del cultivo del tabaco”, puntualizó la Senadora.
La Senadora recordó que cuando comenzó a tramitarse la Ley del Tabaco, se reunió con dirigentes de los productores de Linares, quienes le hicieron ver los problemas que sufrirían si efectivamente la iniciativa se aprobaba tal y como la despachó el Gobierno.
“Cumplí el compromiso que asumí ante ellos en el sentido de legislar responsablemente en un tema altamente complejo, pero con una mirada país estamos sacando adelante una norma que no va contra los intereses de nuestra agricultura”, concluyó.